miércoles, 16 de mayo de 2012

Lo que cuenta el amigo de un amigo


Por fin habia salido de mi trabajo, después de una ardua jornada laboral, de esas que pierdes la noción del tiempo y que cada que ves el reloj pareciera que la manecilla retrocede en lugar de avanzar. La luna ya había salido y para mi fortuna el utimo camión ya había pasado hace horas, asi que, mas por necesidad que por decisión, tuve que caminar hasta mi casa. Realmente no era mucha la distancia, algunos treinta a cuarentacinco minutos si me iba por la ruta habitual siguiendo la carretera. A medio camino,  con los pies ya hinchados de 12 horas de estar parado mas los 20 minutos de caminata, recordé aquel atajo por el cementerio que tomaba al salir del colegio, si bien ya no me acompañaban mis amigos ni la luz del sol fue mas mi cansancio y necesidad de llegar a mi cama que mi temor por cruzar ese oscuro lugar. Todo se miraba muy tranquilo, solo la oscuridad, el ruido de mis pasos y una canción en mi mente para tratar de no pensar en todas esas historias de espantos que mi papa me contaba. Realmente parecía que tenia una posibilidad de salir ileso de ese lugar, hasta que lo escuche por primera vez. Al principio no reconocí el sonido, era como si cortaran el aire con un silbido sigiloso, me tomo por sorpresa pero trate de fingir indiferencia, acelere el paso, todos mis sentidos se agudizaron, alertas ante cualquier otra señal de aquel ruido tan extraño. No fueron mas de una pocas lapidas cuando lo volvi a escuchar y esta vez mas cerca y con un ritmo continuo, fue cuando identifique lo que era, el claro sonido del batir de unas alas, y por la intensidad del sonido podia decir que eran enormes. Comence a correr tratado de huir de aquello que producia tremendo estruendo, sin embargo la criatura tambien aumentaba su velocidad tanto que alcance a ver su sobra fusionandose con la mia, tantas leyendas tantas historias y heme ahi protagonizando una pense. Indiscutiblemente era mi fin, sentia el aire que desprendian sus alas en mi nuca, agregandose un graznido que jamas habia escuchado en ninguna otra ave. En un intento desesperado por alejarme de aquello me refugie al pie de una lapida, que ironia, cerre lo ojos y comence a rezar todo lo que me sabia, Sentí como se postro frente a mi aquella enorme figura, desplegando sus alas y emitiendo el mismo sonido tan perturbador, pero ya familiar, sin ver, empece a mentarle al madre, pensando que tal vez asi se espantaria y alejaria de mi, pero oh sorpresa cuando escucho que me contesta ¨Por que me mentas la madre cabrón?¨ . Aun con miedo, abrí lo ojos y veo ante mi a un señor, un obrero, cargando en sus hombros una lamina de aluminio de aproximadamente dos metros de largo. todos mis músculos se relajaron en esos momentos y me senti el hombre mas estúpido del mundo. Le comente al individuo la tortura por la que me habia hecho pasar y con una carcajada me contesto ¨Me regalaron esta lamina para terminar mi techo y este es el camino mas corto para llegar a mi casa, te vi desde que entraste al panteon, y como de repente comenzaste a correr, pense que habias visto algo por eso me puse a correr yo tambien, ya sabes lo que cuentan de estos lugares¨ . nunca mas pase por ese atajo, un poco por la verguenza de volverme a encontrar  a  mi atormentador, y lo demas para no exponerme a nuevas aventuras no vaya a ser que la proxima no sea algo tan ordinario como un obrero transportando materiales a casa.

Elena Jurado
HM